A MI OTRA MITAD

Te veo marchar esquivando mi abrazo, con tus pasos arrastras tu estudiada indiferencia

Y me duele por dentro ese hilo que nos ata.

Te veo partir a otra vida, a otra casa, a despertar en otra mañana,

que también es la tuya

y en mi se revuelven las tripas al ver que te quedas conmigo en tus ojos.

Tú, que eres literalmente mi otra mitad, mi poema mejor, mi sonrisa más pura,

mi auténtica verdad cuando todo es incierto, mi único faro, mi aliento.

Aún sabiendo que vas a volver, algo se quiebra dentro de mi cada vez que te marchas.

ANA FERNÁNDEZ DÍAZ

POESÍA BAJO LA PIEL

Y en esa noche en que te hice perder la cabeza

la poesía surgió de entre los pliegues de la piel

y de las sábanas,

de entre los suspiros de tu boca y la mía

de cada gota de sudor compartida,

del suave y acompasado ritmo,

de entre la ternura y la sal,

de cada palabra que callamos o que pronunciamos

sin nada de más ni nada de menos,

de entre todo el tiempo que te eché de menos,

de la penumbra de la noche oscura

y el rayo de sol del amanecer,

bajo la cama, entre las cortinas.

del precipicio al que nos atamos

con el hilo del placer y la vida.

ANA FERNÁNDEZ DÍAZ

NOS LEVANTAREMOS

A menudo, cuando estamos mal, pensamos que no vamos a poder levantarnos, que todo es oscuro y difícil, que nunca volveremos a estar bien. Afortunadamente siempre hay manos que ayudan, oídos que escuchan, abrazos que curan, amigos que entienden tu lucha, la que sea. A veces esos amigos nos joden el día con su sinceridad, rompiendo esquemas, destrozando teorías, pero están ahí, para levantarnos a golpe de carcajadas o collejas.

Y gracias a ellos vuelves a levantarte y mueves montañas.

Va por ellos, aunque me hagan llorar, a ratos de risa y otros ratos a lágrima viva.

Alguien que sea capaz de encontrar

bajo la superficialidad cotidiana

nuestras cicatrices más profundas

que entienda los porqués de las heridas

que nos acompañe mientras curan

y aliente nuestra vida con ternura.

Que adivine lo que quiebra nuestras voces

que empape nuestras lágrimas

y que escuche con respeto nuestra historia.

Dos manos capaces de recomponer nuestros pedazos

unirlos nuevamente con abrazos

Mil amaneceres en silencio

contemplando el mar desde el mismo faro.

sin juicios ni reproches, sin preguntas

con respeto, sin rencores.

Mientras tanto, soñamos

ANA FERNÁNDEZ DÍAZ

UN POEMA DE DOMINGO

Este es un poema dedicado a una persona a la que quiero mucho, una de esas personas que tienen brillo en el corazón aunque no lo saben.

Para ella y para todos los que tienen el alma pura y encuentran en el brillo de unos ojos el motivo para caminar.

Resbaló en el abismo de sus ojos

mientras él bajaba al abismo de su vientre.

Entendió en esa mirada el océano de ambas vidas

aferradas una a otra congelando soledades

Y un hilo de esperanza los ató a la cama y en la cama, fueron dos al mundo ajenos. 

Ana Fernández Díaz

LA DESESPERANZA

Necesito un remedio

A este dolor que siento porque no estás conmigo

A esta incertidumbre que me acecha

A este contagio masivo de tu latente brecha

A este espacio infinito que nos une y nos separa

A esta duda que no cesa

A este no saber dónde vaga tu cabeza

Necesito algo que me ayude

A vivir esta maltrecha espera

Incierta como incierto el destino de ser dos o no ser nada

Aquí espero sentada

Como aquella estación de tren

Donde Penélope esperaba

Sentada en el andén vacío de esta sala

Escribiendo agarrada al bolso de la desesperanza.

Ana Fernández Díaz

LA HORA DEL SUEÑO

Llega la hora del sueño,
atraviesa el silencio un recuerdo,
se detiene ante mi y lo arrullo en mi seno;
lo miro de frente.
Quiero atraparlo y se va lentamente;
un olor, un sabor, un instante vivido.
Evoca mi mente también un sonido
una voz que me llama insistente.
Me despierto en estado semiinconsciente.
Ya no está, ya se ha ido.
Sigo en vigilia esperando el siguiente.

Ana Fernández Díaz

POEMA DE OTRA VIDA

Muda de razones para amarte, consciente de ganar esta batalla…

Muda de razones para amarte,

consciente de ganar esta batalla

contra el tiempo y la razón que me acompañan,

a ratos entregándome a la euforia,

a retazos confundida en la nostalgia.

Sin razón para encontrarme en otra historia,

sin motivos van mis huesos enterrados,

tus recuerdos ocupando mi memoria,

entre escombros del derrumbe sepultados

Ana Fernández Díaz

MI LUGAR EN EL MUNDO

Esta mañana, una conocida red social, me recuerda esta foto.

Recordar ese paseo al solecito, se me antoja hoy doloroso; poder recorrer el empedrado de esa universidad Laboral, que es un espacio maravilloso, caminar libre, todo lo que ese día disfruté, pero sin saber que tres años después no iba a poder ni salir a la calle.

Echo de menos ese lugar y otros tantos de esta maravillosa ciudad; mi trabajo, mis clientas, mis vecinos, mi playa.

Volveré, a todo ello, volveré aunque ya no sea la misma.

MI LUGAR EN EL MUNDO

Hace tres años hacía sol en Gijón y era fin de semana

un día cualquiera de Abril que hoy parece imposible

pasear y dejar que la luz ilumine mi cara

deambular por espacios abiertos disfrutando mis pasos

añorar un recuerdo que fue y está grabado en mi alma

ese espacio, ese tiempo, el lugar, el sentir, la mirada,

la foto, el lugar, esa luz…

La nostalgia.

ANA FERNÁNDEZ DÍAZ

EL JODIDO NÚMERO PRIMO

Yo soy el centro de todo

no un vértice al que llegar cuando ya no tienes otro camino que andar.

Yo soy el plano sobre el que transitar

plagado de puntos en línea hacia la eternidad.

Yo soy la raya del medio, a veces continua y a veces salteada.

Soy conjunto de blancos y negros, pero todos muy claros.

Soy infinita en afectos, en miedos y en sueños.

Y por una fracción de segundo, soñé que era par.

Fue solo un sueño.

Era prima.

Ana Fernández