PRECAUCIÓN

Un amigo ha compartido esta frase y yo me he asustado.

Porque sin darme cuenta me encuentro rodeada.

Están por todas partes.

Cuando menos te lo esperas, van, lo sueltan y se quedan tan tranquilos.

Cuidado! Mucho cuidado con los poetas!

 

Dedicado a todos los poetas de mi vida.

INDECISIÓN

Buenos pues una vez finalizada la instrucción del caso de los dossieres, sigo con mis reflexiones semanales.

Hoy les toca a los indecisos.

Fíjate que a medida que me hago mayor he desarrollado más tolerancia hacia las personas que me rodean, pero siempre hay algún resquicio de resistencia en mi interior que me saca mi vena mas cabrona.

Si, la tengo, no soy ningún ángel, a pesar de lo que algunos os empeñáis en decir.

No puedo con l@s indecis@s.

Me crispan los nervios.

Y desgraciadamente, me tengo que ver con un@s cuant@s cada día.

-Es que no sé por cuál decidirme, si los pendientes o el colgante. ¿Cuál te gusta más a ti?

-A mi me gusta mas el colgante.

-No se, pero creo que me llevaré los pendientes, o mejor, llamo a mi hija, amiga, marido, mujer, y le envío una foto por whastsap a ver cuál les gusta mas.

(Llamada al susodicho/a)

-Cariño te he enviado una foto con unos pendientes y un colgante, ya se que estás trabajando si, pero ¿cuál te gusta mas?

El susodicho le contesta, creo que más para quitársela de encima que otra cosa.

Cuelga.

-Pues no se.

-¿Qué le ha dicho su hija, amiga, marido o lo que sea?

-Le gustan mas los pendientes. Pero creo que me llevo el colgante….

Y yo tengo en la mano las tijeras para cortar el papel de regalo y dudo también. No se si cortarme las venas o dejármelas largas.

Luego hay otro grupo que vienen un día a mirar, otro día a probar, el tercer día con su amiga, hija, marido, para saber su opinión.

Y ya mi grupo favorito es el de: «Le voy a preguntar a mi marido».

Conclusión, hay muchas personas que no son dueñas de si mismas, no saben tomar decisiones, no saben lo que es caminar solas sin pedir opinión y eso me lleva a pensar que es una forma de descargar la responsabilidad en el que les ayuda.

Si no escoges, luego no cargas con las consecuencias, se las achacas al otro, y así es mucho más cómodo ir por la vida. Colgando nuestros errores en espaldas ajenas. Sólo los errores claro, porque los aciertos son plenamente suyos!

Si no somos capaces de escoger solos un regalo de apenas unos euros,

¿qué será de nosotros cuando tengamos que decidir sobre lo que realmente importa en la vida?

Aunque bien pensado, quizás para esas personas, lo más importante en la vida sea decidir si compran un colgante o unos pendientes, o si ponen carne o pescado para comer.

Voy a ver si recupero mi parte angelical que se me ha caído mientras la señora decidía y ahora no la encuentro.

 

 

 

JURO DECIR LA VERDAD, TODA LA VERDAD…..BLA, BLA,BLA

Hay varias versiones de lo que ocurrió ese día, la de Besta, la de Amalaidea, la de Henar, la de Antonio,  la de Chus, la de Oscar y la de Sensi, pero la única persona que supo con certeza lo ocurrido soy yo, bueno y mi inmediato superior del que no daré datos por el momento.

Como inspectora de policía y en el marco de la investigación  en el caso de los dossieres secretos, tuve que construirme un personaje.

Siempre había querido regentar un Sexshop y ese fue el papel elegido.

Me busqué un socio serio y formal,  Antonio, un antiguo confidente de la policía a medio regenerar, pero que no levantaría  muchas sospechas. Allí vendía consoladores a mujeres o parejas que intentaban reavivar la llama de sus pobres vidas sexuales.

Me hice muy amiga de algunas clientas, entre ellas  Sensi, que era asidua. Su pasión por los juguetes para adultos sólo era superada por sus deseos de cantar. En mi tienda conoció a Oscar, uno de mis mejores proveedores, con una mente muy retorcida para los placeres de la carne.

También me visitaba con frecuencia una joven con cara de no haber roto nunca un plato, pero que arrasaba con todas las existencias de látigos y fustas, y algún que otro aparato, que no se muy bien si usaba como generador de placer o de tortura.

Cuando tuvo la confianza suficiente conmigo me confesó que se llamaba Henar y estaba casada con un señor que vendía colonias en el paseo marítimo, Chus, al que nunca pude echarle el ojo encima.

Aunque en realidad yo ya conocía a Henar y a Chus, porque mi investigación estaba encaminada a descubrir a dos policías corruptos que trataban de quedarse con una plantación de «malas hierbas» propiedad de un agricultor llamado Besta.

Y ellos  eran los dos garbanzos negros de la policía.

Mi investigación había empezado meses antes buscando la identidad de los  corruptos y a través de estos llegué a los demás.

Uno de ellos, Lottar, vivía en una casa de té, era un viejo amigo de Besta y tenía una extraña relación con otra de la que nunca supieron el nombre pero que tenía muy mala idea, porque no hacía más que poner pegas al negocio.

Después de esa noche Lottar desapareció sin dejar rastro y aún lo estamos buscando.

En uno de los escarceos campestres de Oscar y Sensi estos habían descubierto la enorme plantación de «malas hierbas», de esas que generan euforia y desinhibición.

Se fueron ganando la confianza de Besta y éste al  final accedió a venderles las plantas a cambio de una cantidad irrisoria.

Pero antes de poder llevárselas, se vieron obligados a negociar con los otros competidores inesperados que habían tenido la misma idea que ellos.

El pastel debía cortarse en demasiados trozos ya: Henar y su marido Chus, Lottar y la de la mala idea, Sensi y Oscar y el pobre Besta que a todo les decía que si porque estaba enamorado de Henar y no veía más allá.

En una de mis charlas íntimas con Sensi me contaron sus planes y convinimos que esconderíamos las plantas en mi trastienda, dentro de las cajas de bolas chinas.

Por mi parte  tuve que usar mis encantos de mujer madura para convencer a Besta de que sus futuros compradores no eran trigo limpio.Por supuesto no le conté toda la verdad. Digamos que le hice creer mediante algún ardid digno de Mata Hari, que sospechaba de sus colegas y que mejor nos quedábamos el y yo con todo el negocio.

El se encargó de colocar los micros en casa de Henar, haciendo que todo pareciese muy real, y convenciendo a todos los demás de que los otros dos no eran de fiar, porque mientras estaba tras las cortinas oliendo las bragas de Henar , que luego se llevó para venderlas en el rastro el domingo, vio la cama llena de dossieres esparcidos.

Los otros le esperaban fuera de la casa, en el coche de la amiga y salieron zumbando, pero Sensi llegaba tarde a una audición y ahí es cuando decidieron llamarme para que les acercase.

La dejé a ella y a Oscar en la prueba.

Yo había quedado con mi superior para tomar una copa, que le contase los avances de la investigación y empezar a escuchar las conversaciones que grabaron los micros ocultos.

Tomamos una cerveza y después subimos a la sala de escuchas. Allí descubrimos que Henar y Chus planeaban deshacerse de todos los demás y quedarse con la plantación, con el cerdo, con los gatos,  con el perro, la casa de té,  y el coche tuneado. También que llevaban a sus espaldas una serie de asesinatos dignos de Jack El Destripador.

Descolgamos el teléfono y llamamos a Jefatura Superior para preparar un operativo y detenerles.

Sensi, todo está preparado.

-Gracias chicos. buen trabajo.

Nos felicitamos por el trabajo y Efe, ese era su nombre en clave, sacó una botella de champán  de la pequeña nevera de su oficina.

Buen trabajo Anita, vamos a celebrarlo.

Descorchó la botella y me besó en los labios.

 

 

 

 

 

 

 

Lo que acordamos – Relato

Nuevo reblogueo, este sólo es para los que sigan el hilo de la historia desde el principio o para los que gusten de novelas de misterio.
Me habéis metido en el saco, y no os podéis ni imaginar el final de la historia!!! Recojo el guante, que lo sepas Oscar!

Historias tras tu DNI

Interrogatorio

Puede haber más verdades, como esta, o esta, o esta, o esta, o incluso esta, pero sólo aquí se cuenta lo que de verdad ocurrió aquél día.

— Óscar, pase y siéntese —me indicó un policía.
— Buenas tardes, señor… —le dije mientras le tendía la mano
— Márquez. Subinspector Márquez —me responde serio mientras me saluda.
— Y usted debe ser el Subinspector Sanjuán… —le digo al compañero.
— ¿Pero qué dice este chalado? —le pregunta a Márquez con indignación el policía al que me acabo de dirigir.
Márquez y Sanjuán, como en la serie del comisario —aclaro.
— ¡¿Usted sabe por qué está aquí?! —me grita más cabreado.
— Sanjuán, no vale la pena, llevamos dos años así, y lo que nos queda —le interrumpe Márquez.
— Cuando lo cuente en el barrio no me creen… —murmuro.
— Déjese de estupideces y cuéntenos qué…

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SENTADA EN UNA ROCA

Bajé a la playa para tomar un poco el fresco.

El muro iba cargado de personas con la misma idea que yo.

Cuando llegué casi al final del paseo me senté en las rocas que lo bordean mirando el mar tranquilo.

Me sentí observada. Giré la cabeza y le vi.

Sus profundos ojos verdes me miraban con una mezcla de curiosidad e indiferencia a partes iguales.

De pronto volvió la cabeza, una mujer le llamó y se olvidó de mi saliendo a su encuentro.

De avanzada edad, conjeturé que estaba viuda porque todo su atuendo era negro y sólo el pelo completamente gris ponía una nota de color.

Caminaron juntos por el paseo durante un pequeño tramo. El la miraba con una profunda admiración, hasta que la mujer se sentó en el borde, a escasos diez metros de donde yo me encontraba. El saltó a las rocas y se sentó en una de ellas, esperando pacientemente y volviendo a mirarla expectante con claros signos de que se alegraba infinitamente de verla.

Metió la mano en su pequeñito bolso, del mismo color que todo su atuendo y sacó una bolsita de plástico de la que extrajo un puñado de algo que parecía comida. La colocó en una roca y el acudió solícito a comer.

Creo que hasta le escuché ronronear.

Ella le miraba paciente mientras le decía palabras afectuosas.

Cuando terminó, la miró agradecido y ella se levantó despidiéndose y se fue.

Esta escena se repitió varias veces durante mis paseos por la playa, siempre la misma señora y el mismo precioso gato esperándola enamorado sobre las rocas, a la misma hora, en el mismo sitio.

Sentí envidia. Yo quería que un gato me esperase impaciente sobre las rocas de la playa, saltase de alegría al verme llegar y ronronease a mi lado mientras le miraba comer.

También pensé lo bonito que era encontrarle sentido a la vida cuando ya queda muy poco tiempo para vivirla, dando lo poco o mucho que tengas a alguien que te espere cada día sentado en una roca.

O ver la belleza en los pequeños gestos

 

LO SIENTO

 

 

 

Si, lo siento.

Ya he contado en otra ocasión lo mucho que me costaba antes decir «te quiero» y ahora ya me sale con facilidad.

Pues bien, otra de las cosas que me cuesta un triunfo es decir «lo siento».

Y no es que no lo sienta eh! Es que no me sale.

Se me atasca.

Así que voy a hacer hoy un pequeño acto de contrición.

Lo siento, he cambiado.

A todos aquellos que antes estabais en mi vida y ya no lo estáis, bien por decisión vuestra o por la mía, lo siento, pero ya no soy la misma.

He cambiado tanto que casi no me reconozco.

Ya no veo la tele. No me gustan las reuniones de mucha gente.

Prefiero un silencio compartido con quién no necesita decirme nada para sentirme cerca, que hablar por hablar con quien no me entiende.

Prefiero compartir un abrazo que me reconforte a mi o al contrario, que irme de copas por la noche.

Me gusta mas cualquier libro que un penoso programa de cotilleo que no me aporta nada.

Odio las reuniones a tres para despellejar al cuarto.

No soporto los juicios gratuitos sobre los que no siguen la marea y prefieren nadar río arriba.

Me enferman los que no hablan claro porque tienen las neuronas tan limitadas que si tiras del hilo se les deshace el jersey.

Borraría a los que tienen vidas tan vacías que sólo las llenan con las miserias de otros.

Ahora paseo sonriendo, miro a la gente a los ojos. Intento entender los motivos que llevan a otros a hacer cosas que yo nunca haría.

No juzgo.

Vivo cada minuto sin planear el siguiente, porque no sé ni siquiera si habrá siguiente.

Hablo menos y escribo mas.

Me miro por dentro y a veces me da miedo lo que veo, pero me reconozco.

Como dice una buena amiga: «Me da miedo no tener miedo a nada»

Y he tomado una decisión.

No voy a volver, bueno ella, la otra, no va a volver.

Esta me gusta mucho mas.

P.D: Lo del acto de contrición casi que lo dejo para otro día porque he leído que lleva implícito el arrepentimiento, y yo, la verdad, de cambiar no me arrepiento nada, en tal caso debería arrepentirme de no haberlo hecho antes.

LA TORRE DE BABEL

 

Según cuenta la leyenda bíblica, en un principio, en la Tierra sólo se hablaba un único idioma.

Los hombres, establecidos en la llanura de Senaar, con el fin de llegar hasta su dios Yavhé, planearon hacer una torre tan alta que llegara hasta el cielo. Fue tan grande su soberbia que quisieron estar por encima del dios y hacerse famosos por ello.

El dios descendió a la tierra iracundo y lanzó sobre ellos su castigo.wpid-20151001_122220.jpg

“He aquí que todos forman un solo pueblo y todos hablan una misma lengua, siendo este el principio de sus empresas. Nada les impedirá que lleven a cabo todo lo que se propongan. Pues bien, descendamos y allí mismo confundamos su lenguaje, de modo que no se entiendan los unos con los otros”.

Resumiendo, que el dios tenía muy mala baba y  para que no llegasen hasta él, lo mejor que se le ocurrió fue darles a repartir unas 7000 lenguas distintas, mas o menos, para que reinase la confusión y no pudiesen terminar su trabajo.

De ahí el nombre de la Torre que deriva del hebreo Balbál y significa confusión.

Se dice que ese fue el inicio de la comunicación como un fenómeno humano que persiste hasta la actualidad.

Lo que no sabía el señor Yahvé, es que no le hacía ninguna falta complicarse la vida repartiendo tantas lenguas, y tampoco que ese no sería el inicio de la comunicación sino de la falta de ella.

Porque tú te encuentras mañana mismo con un australiano, por poner un ejemplo, y a lo mejor, con sólo mirarle a los ojos, ya te entiendes con el a las mil maravillas, no necesitas ni hablar y el australiano tampoco. Cuatro gestos en lenguaje universal y ya sabes si le caes bien, mal o regular.

Pero otro día te cruzas con el vecino del cuarto, de tu ciudad de toda la vida, y de tu mismo barrio, en una reunión de comunidad, y da lo mismo que le expliques durante dos horas que las bicis no se dejan en los pasillos de los trasteros, que no te entiende.

Quien dice el vecino, dice un padre del cole, una pareja, un contertulio del bar.

No hacía falta señor Yahvé, se lo prometo. Que la falta de entendimiento no la da el idioma, la dan las cabezas cuadradas de algunos, que no llegan, no llegan.

Y para poder comunicarse, lo primero e imprescindible es saber escuchar. Daba lo mismo lo de las lenguas, si total, a la larga no se iban ni a escuchar entre ellos.

OJOS BRILLANTES

En algún momento después de la siesta dominical vino a mi memoria este fabuloso vídeo.

A los que ya lo conocéis os animo a verlo de nuevo, y a los que no, espero que lo disfrutéis tanto como yo.

Sé que es un poco largo, pero merece mucho la pena.

Se trata de una charla TED en el año 2008 de Benjamin Zander, director de orquesta británico y apasionado conferenciante.

En ella habla de lo que significa conseguir la emoción en otras personas, provocar que brillen sus ojos.

Otra de las consecuencias que ha tenido para mi la crisis de los cuarenta, es que me emocione por las cosas más insólitas. Y parejo a ello, a pesar de que ya casi nada me da vergüenza, siento un terrible pudor cuando delante de alguien no puedo controlar esa emoción.

Supongo que alguno de los que me leáis sabéis de lo que estoy hablando.

Hoy no va mi reflexión, sino la de Benjamin Zander, que espero que consiga que vuestros ojos brillen también, en público o en privado, cada uno elige cuándo quiere emocionarse, por qué y con quién…

ALMAS GEMELAS

´´Un alma gemela es alguien que comparte una afinidad profunda y natural con otra persona en el campo afectivo, amistoso, amoroso, sexual o espiritual. Este concepto da a entender que ambas personas son las dos mitades de un alma y  que éstas  deben encontrarse.´´

Esta es la preciosa definición que encontré cuando escribí en San Google las dos mágicas palabras:

     ALMAS GEMELAS.

Y es que me he propuesto averiguar si esto de las almas gemelas es algo real, porque yo no hago otra cosa que encontrarme con almas gemelas últimamente. No se si tiene que ver con que haya decidido observar mas y mejor, no correr tanto y apreciar el paisaje, abrirme a nuevos caminos y rutas, o es que con la edad se amplía la perspectiva.

Por supuesto no hablo de alma gemela sentimentalmente hablando, que también va incluida en la definición claro, pero no se trata de eso ahora.

Se trata de esas personas que cuando hablan contigo es como si hubieran abierto tu pecho, botoncito a botoncito, hubieran cogido la llave de la caja fuerte, y girándola despacito hubieran abierto la puerta.

No es que sepan cómo piensas, es que piensan como tu.

No es que sepan cómo sientes, sino que sienten como tu y además sienten lo tuyo.

No es que sepan tus valores, sino que son reflejo de los suyos.

No es que entiendan una mirada, sino que detrás de la mirada va la larga explicación que no es necesaria pero que ésta lleva a otras miradas y otras explicaciones y esto puede durar siglos.

En un espacio muy corto de tiempo, varias de las almas gemelas que me rodean han mencionado estas dos palabras refiriéndose a nuestra relación, y yo no puedo estar mas de acuerdo.

Personas con afinidades profundas y naturales, con las que todo surge de una manera fluida y sencilla. Algunas de ellas en el campo afectivo, de amistad y otras en el espiritual.

Yo tenía una romántica visión de la muerte que decía que cuando las personas que amamos, entendiendo amar en la mas amplia extensión de la palabra, se mueren, iban al cielo y se convertían en algo así como nuestro ángel de la guarda. Hoy modifico mi teoría y creo firmemente que no se van al cielo sino que permanecen aquí en el cuerpo de mis personas queridas.

Y esas personas son mis almas gemelas.

La teoría de que son las dos mitades de un alma no me
apetece, porque  eso nos haría seres incompletos, prefiero pensar que nos hemos conocido en vidas pasadas y nos hemos amado mucho.

                          El cuerpo ha cambiado, pero el alma permanece.

Lo se, estáis ahí, leyéndome…Gracias